EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
El sacramento de la confirmación es un sacramento de la
iniciación cristiana. Nos hace cristianos más firmes, más fuertes, más seguros
en nuestra Fe. Es el sacramento que nos hace testigos de Cristo y nos impulsa a
llevar la buena nueva.
Los elementos o signos importantes son el crisma en la
frente y la imposición de las manos sobre la cabeza del que se va a confirmar.
Este sacramento lo administra el obispo, que son los
sucesores de los apóstoles o cualquier sacerdote con autorización del obispo.
La Misión del confirmado es:
-Profética o Evangelizadora: Porque participamos del
anuncio de la Palabra de Dios.
-Es Real o pastoral: porque participamos en la
realización del Reino de Dios, para que Jesús reine en el corazón de todos.
-Es sacerdotal y Santificadora: porque damos culto a Dios
y colaboramos con la santificación de nuestros hermanos.
En la confirmación se nos regala el Don del Espíritu
Santo, que es la fuerza que nos ayuda a ser y vivir como Jesús.
Los dones del
Espíritu Santo son:
ENTENDIMIENTO: Nos ayuda a comprender lo que Dios
quiere de cada uno de nosotros.
PIEDAD: Nos ayuda a mira nuestro corazón,
para amar a Dios y a todas las personas.
CONSEJO: Nos
ayuda a encontrar las palabras justas y el momento oportuno para ayudar a
nuestros hermanos.
FORTALEZA: Nos
ayuda a superar las dificultades y seguir a Jesús aunque nos cueste.
CIENCIA: Nos
ayuda a poder distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, a saber todo
aquello que nos acerca a Jesús.
TEMOR DE DIOS:
Nos ayuda a descubrir lo que nos aleja de Dios e intentar vivir cerca de Él.
Nos inquieta cuando nos separamos de Jesús.
SABIDURÍA: Nos
ayuda a saborear las cosas de Dios, a disfrutar y gozar de todo aquello que nos
lleva a querer más a Jesús y a los demás.
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