Oración de los discípulos de Emaús

5:07 p. m. Unknown 2 Comments




Palabra de Dios: ( Lc 24,13-35)

Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado.
Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos y no lo podían reconocer.
El les dijo: "¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?" Ellos se pararon con aire entristecido.
Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: "¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?"
El les dijo: "¿Qué cosas?" Ellos le dijeron: "Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron.
Nosotros esperábamos que sería él el que liberaría a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó.
El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles que decían que él vivía.
Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron."
El les dijo: "¡Oh  insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?" Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.
Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante.
Pero ellos le forzaron diciéndole: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado." Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando.
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: "¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras? Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!"
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.


 Oración:
Señor Jesús,
El camino está delante de nosotros, a veces difícil e incierto.
Sin embargo, hemos de acudir a Tú llamada,
Sean cuales sean  nuestros estados de  ánimo.
¿Qué hemos dejado detrás de nosotros?
¿fervores, sueños, impotencia, sufrimientos?...

Sabemos que es más fácil el camino cuando no estamos solos,
Nos regalas Tu  presencia  y la de nuestros hermanos.

Ven ,Señor Jesús, a mezclarte en nuestro encuentro,
A obligarnos a discernir el acontecimiento,
A profundizar en el significado de lo que nos pasa,
A dar impulso a nuestras vidas.

Nos falta, Señor, la clave de tu venida y de tu acompañamiento
Para poner orden en nuestra memoria,
Interpretar la historia pasada y presente,
Y dejar que la Palabra haga arder nuestras vidas.

En la profundidad de nuestra noche,
La noticia de tu Resurrección nos ha deslumbrado,
Tú estás vivo
Y toda vida encuentra en ti su fuente y su realización,
Su sentido y su fecundidad.

Acepta Señor compartir nuestra casa, nuestro colegio, nuestra mesa.
Tenemos hambre de palabra, de pan, de Vida, de alegría…
Vuelve a hacer los gestos del don y de la comunión.
Enséñanos a ser alimento para los  demás,
Como tú mismo lo eres para todos.

Quédate con nosotros,
Camina con nosotros,
Danos Vida para llevar
la Buena Noticia a nuestros hermanos.

2 comentarios:

  1. De verdad estamos ciegos, muchas veces pensamos que Dios está lejos de nosotros porque nos dejamos abatir por las dificultades pero no nos damos cuenta que Dios siempre tiene un propósito bueno para nosotros y que el todo lo permite para el bien de nuestra alma

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  2. Querida hermana,

    Reciba la paz del Dios de la Vida. Mi nombre es José Rosado y soy Diácono Permanente adscrito a la Parroquia San José de Calasanz de Arroyo Hondo, Santo Domingo, República Dominicana de la Arquidiócesis de Santo Domingo. Me gustaría tener su email o algún contacto para solicitarle su autorización para el uso de uno o dos de sus oraciones (escritos en este "Blog") en un libro que me gustaría publicar en los próximos meses.

    Gracias por su atención y cualquier ayuda que pudieran brindarme.

    Diácono José Rosado

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